César Manrique, un artista comprometido con su entorno.

Hace unas semanas descubrí de la mano de mi amiga Iraida Mascarós al gran César Manrique y me fascinó su manera de relacionarse y entender la tierra en la que había nacido. Como dijo Frei Otto en 1991 «César Manrique es Lanzarote y Lanzarote es César Manrique»

Paisaje de Lanzarote

Paisaje de Lanzarote

Paisaje volcánico de Lanzarote

Paisaje volcánico de Lanzarote

César Manrique nació el 24 de abril de 1919 en Arrecife. Desde pequeño se mostró como un niño despierto, vivaz y con gran facilidad para el dibujo. Para él el Atlántico fue su maestro, “lección suprema y constante de entusiasmo, de pasión y libertad.” Desde joven admiró a Picasso, a Matisse y a Braque. Se hizo amigo de los Millares y de Pancho Lasso y fue a Tenerife para ser arquitecto técnico. Pero allí le fascinaron los murales de Néstor de la Torre en el casino de Santa Cruz y decidió hacerse pintor. Hizo su primera exposición individual, en el Cabildo Insular, en 1942. Dos años después, en el Museo Nacional de Arte Moderno en Madrid participó en una colectiva de pintores de la provincia de Las Palmas. Recibió una beca de la Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1945 y participó en la Bienal de Venecia en 1955 y 1960.

Aplastado en cenizas 1976

Aplastado en cenizas 1976

Tinecheide 1965

Tinecheide 1965

Tras dos décadas en Madrid, pasó tres años (1965-1968) en la Ciudad de Nueva York, becado por el Instituto Internacional para estudiar el arte de EEUU. Volvió a su isla en 1968: “En Lanzarote está mi Verdad”. Con la ayuda del Cabildo Insular, comenzó a mostrar su impronta en esta tierra, recibiendo distintos reconocimientos: Premio Mundial de Ecología y Turismo en Berlín (1978), Premio Europa Nostra (1986) y Reserva de la Biosfera por la UNESCO.

Murió en un accidente de automóvil, dejando inacabados proyectos como el Parque Marítimo del Mediterráneo en Ceuta o el Parque Marítimo de Santa Cruz de Tenerife.

Energía de la Piramide

Energía de la Piramide

César Manrique era una persona muy comprometida socialmente y  por eso tenía la necesidad de educar para la felicidad «el problema social del arte». Su obra no se puede encorsetar dentro de ninguna corriente artística y aunque él se consideraba un pintor, Manrique fue igualmente escultor, arquitecto, urbanista y paisajista. Pero sobre todo fue ecologista y conservador de monumentos.

Para él la naturaleza volcánica de Lanzarote era sinónimo de belleza, se sentía fascinado por la singularidad del paisaje, elaborando su trabajo respetando ese entorno en el que había crecido.

Su primera obra en Lanzarote fue la Gruta de los Jameos del Agua, para mi una de las mas espectaculares de sus obras. Es un auditorio natural perfectamente integrado en una caprichosa formación volcánica. Su belleza, sus contrastes de luz y colores… la convierten en un trabajo universalmente admirado. Esta obra puede resumir en gran medida lo que Manrique realizó durante toda su vida: composición de espacios en los que la aportación humana quedara armoniosamente integrada con el entorno natural, ensalzando su belleza y sus valores.

Jameo

Jameos del Agua

Jameos del Agua. Jameo Chico

Jameos del Agua. Jameo Chico

Otra de las obras representativas del artista es el Mirador del Río que se integra perfectamente en los acantilados del norte de la isla. Pero quizás la obra que más representa los ideales de Manrique es su propia casa, en el Taro de Tahiche, configurando un oasis en medio del paisaje volcánico.

Interior del Mirador del Río

Interior del Mirador del Río

Terraza exterior Mirador del Río

Terraza exterior Mirador del Río

En la actualidad la casa es la sede de la Fundación César Manrique creada en 1992 con voluntad de promocionar el estudio y la difusión de la obra de Manrique, así como la actividad artística y cultural que favorezca el respeto al medio natural. El edificio aprovecha, en el nivel inferior, la formación natural de cinco burbujas volcánicas para configurar un espacio habitable sorprendente; el nivel superior y el exterior de la casa están inspirados en la arquitectura tradicional de la isla.

Casa Museo del Campesino

Casa Museo del Campesino

Os dejo un video que nos muestra la Fundación César Manrique

Manrique vio venir el cataclismo, se percató de la especulación de la construcción y del impacto del turismo de masas y descontrolado. Enarboló la bandera de la  sostenibilidad cuando el término ni siquiera se había acuñado. Sólo él supo defender el entorno natural en primera línea y con acciones contundentes como por ejemplo paralización de obras.

Os dejo el enlace de la Fundación por si queréis saber más de esta gran persona http://www.fcmanrique.org/

Agradecer a Iraida Mascarós por la información y fotografías facilitadas.

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